28 de marzo, 2016 09:11
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Martínez de Hoz, amigo personal de David Rockefeller, era muy conocido y respetado por el establishment estadounidense desde sus tiempos de ministro de Economía del dictador Guido. Ni bien asumido, gestionó exitosamente un paquete de ayuda en EE.UU. por 1.200 millones de dólares (300 millones otorgados por el FMI). Al frente de Banco Central el economista Adolfo Diz, ex director ejecutivo del Fondo y doctorado por la Universidad de Chicago. En su reporte del 27 de julio de 1976, el Fondo afirmaba que "como resultado de la mejora en los prospectos de la balanza de pagos y las negociaciones de amplios créditos con bancos comerciales extranjeros, el problema de la deuda externa argentina ahora parece ser completamente manejable" (Archivos del FMI. SM/76/171). En septiembre de 1979, junto al Rotary Club de Buenos Aires, el Consejo Empresario Argentino (CEA) y el Centro de Exportadores de Cereales, la SRA repudiaba la visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: "...pedimos en su momento a las FFAA que entraran en guerra para ganar la Paz". Un par de meses después, ya en 1980, rechazaba el fin del Proceso: "...sobre lo que no puede caber duda es que el retorno al funcionamiento plenamente democrático del país ha de depender en todos los casos de una aplastante sensación de madurez en el cuerpo cívico de la nación, cosa que por el momento nadie puede afirmar que haya ocurrido". Leer más
Martínez de Hoz, amigo personal de David Rockefeller, era muy conocido y respetado por el establishment estadounidense desde sus tiempos de ministro de Economía del dictador Guido. Ni bien asumido, gestionó exitosamente un paquete de ayuda en EE.UU. por 1.200 millones de dólares (300 millones otorgados por el FMI). Al frente de Banco Central el economista Adolfo Diz, ex director ejecutivo del Fondo y doctorado por la Universidad de Chicago. En su reporte del 27 de julio de 1976, el Fondo afirmaba que "como resultado de la mejora en los prospectos de la balanza de pagos y las negociaciones de amplios créditos con bancos comerciales extranjeros, el problema de la deuda externa argentina ahora parece ser completamente manejable" (Archivos del FMI. SM/76/171). En septiembre de 1979, junto al Rotary Club de Buenos Aires, el Consejo Empresario Argentino (CEA) y el Centro de Exportadores de Cereales, la SRA repudiaba la visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: "...pedimos en su momento a las FFAA que entraran en guerra para ganar la Paz". Un par de meses después, ya en 1980, rechazaba el fin del Proceso: "...sobre lo que no puede caber duda es que el retorno al funcionamiento plenamente democrático del país ha de depender en todos los casos de una aplastante sensación de madurez en el cuerpo cívico de la nación, cosa que por el momento nadie puede afirmar que haya ocurrido".