Luis vivía en Capital por trabajo. Habitaba las calles desde enero, cuando recuperó su libertad. Ahí aprendió a convivir obligado. La vía pública es una habitación para 7251 personas en la Ciudad de Buenos Aires, indica el censo Popular de Personas en Situación de Calle. “En el último tiempo, vivir en la calle era difícil. No había comida, había discriminación. Te acercabas a una persona y querían evitar el contacto. Tenían miedo”, cuenta Luis, quien se dedicaba a la venta ambulante. Por eso, cuando llegó a asistirlo un grupo de Buenos Aires Presente (BAP) -que se ocupa de atender a personas y familias en condición de riesgo social desde 1999- aceptó la ayuda.
En realidad, primero se presentó la policía porque una vecina de Retiro denunció que Luis no estaba cumpliendo con la consigna de quedarse en su casa. “Vinieron y le pegaron a la chica que estaba conmigo. Ella estaba embarazada. Fuimos reprimidos. Después llegó el BAP y, de buena forma, nos trajeron al Parador Chacabuco 2”, recuerda mientras permanece sentado y tranquilo. Como si no estuviera por comentar que su compañera está con pérdidas por la tensión que vivieron.
A Luis no le gusta ir a los paradores, prefiere la calle. Las condiciones de vivienda en la mayoría de estos espacios no son las deseadas, son las suficientes. Sin embargo, ante la situación de cuarentena obligatoria, el Gobierno de la Ciudad respondió habilitando nuevos espacios para poder responder ante la excesiva demanda. El Parador Parque Chacabuco 2, por ejemplo, es un anexo ubicado en Eva Perón al 1410 que, en menos de una semana, completó su cupo de 100 personas y, para atenderlos, el Gobierno contrató personal extra. Jonathan es uno de esos trabajadores. Él pertenece a otra dependencia del Ministerio de Desarrollo y Hábitat pero, por la situación excepcional del COVID-19, fue convocado a realizar labores en los paradores. “Nuestra tarea es que se cumpla el aislamiento social obligatorio. Nos estamos acomodando. Este lugar es parte del polideportivo del parque. Está el natatorio, la cancha de fútbol, el gimnasio. Esto nunca funcionó como parador”, explica Jonathan, quien hace lo posible para que la gente se sienta lo más cómoda posible. “Siempre es necesario que la gente no esté en situación de calle, pero más en esta situación excepcional”.
Luis cree en Dios y habla con palabras de tristeza por el trato deshumanizado, pero no deja de encontrar aprendizajes en la esperanza. “Cuando termine el Coronavirus tenemos que cambiar. Esta situación nos tiene que enseñar que no hay que dar la espalda, como en Italia. Acá hay gente, niños y futuro. De acá puede salir un presidente. Nosotros cambiamos todo para siempre. El Coronavirus no es para morir todos, tiene que servir para crecer”, desea y regala bendiciones a todas las personas que reciban sus palabras.
*Informe realizado de manera colectiva por Radio Presente
**Imagen Destacada: Movilización al Obelisco. Vía Tw: @lucasgaldos
Arriesgarse en la vida Dur: 04:40
#Sensaciones 84 #Crecer en el #Decrecer Dur: 118:30
Yo soy luz, yo soy amor Dur: 02:24
¡El hogar de Crecer cumplió 10 años! Dur: 09:21
Derribando mitos sobre ir a terapia. Dur: 28:03
Día de la Mujer Dur: 03:45
#Conociendote 84 Viajamos a #Londres Dur: 26:16