El repaso de las últimas encuestas que exploran la necesidad de un acuerdo político nacional permiten extraer las siguientes conclusiones: 1) las posiciones favorables a un acuerdo para atender la crisis socioeconómica oscilaron entre mayorías superiores al 50% o cercanas a ese umbral 2) las posiciones en contra del acuerdo a ese nivel siempre fueron minoritarias, pero con un volumen estadístico importante en torno al 40% 3) el atentado contra CFK cambió el eje, virando desde la coyuntura de crisis socioeconómica a la violencia política como núcleo para buscar consensos. Eso generó mayorías más robustas a favor de un acuerdo, con umbrales entre 60% y 70% 4) pese a eso, cuando se indagan las posibilidades de que prospere un acuerdo los electores muestran pesimismo respecto a las posiciones del gobierno y la oposición; creen que se mueven más por oportunismo que por convicciones democráticas o razones fundadas, y menos del 20% les atribuye a ambos actores suficiente madurez como para encarrillar un sendero de diálogo y bajar el nivel de confrontación política.