Educación Hoy, ciclo de la Fundación Lúminis que se emite los martes a las 21 horas por Radio Concepto (FM 95.5), dialogó con el economista Oscar Cetrángolo, quien es investigador en IIEP y profesor de Finanzas Publicas, acerca de la importancia del financiamiento educativo. “Argentina está en una situación difícil para financiar a las políticas públicas en general. Básicamente, porque el sector público tiene uno de los déficits más elevados de los últimos 30 años. De todos modos, durante los últimos 15 años, los recursos destinados al sector han aumentado de forma significativa. Recuerden que la Ley de Financiamiento estipuló un incremento de 4 a 6 puntos del PBI. A partir de ahí, viene todo un debate acerca de si el financiamiento es la vara de oro para mejorar la educación o es solo una parte”.
“Nuestro país tiene características bastante especiales. El sistema de la educación básica, a diferencia del universitario, está totalmente descentralizado. Las capacidades de desarrollo financieras y de gestión son sumamente diversas en cada provincia. Por eso una cuestión no menor del financiamiento es si hay posibilidades o no para compensar y coordinar esas diferencias. Por otra parte, si bien ha aumentado, el financiamiento sigue en una situación de profunda inercia destinándose en casi su totalidad para el pago de salarios, que por ejemplo en la provincia de Buenos Aires representan más del 95% del gasto educativo. Obviamente mejoró bastante la situación de ingresos reales del sector docente, lo cual es importante. Pero ha habido poca capacidad para innovar nuevas modalidades de financiamiento o de organización para mejorar así la calidad educativa”, señaló el experto.
En la segunda parte del programa, el biólogo Diego Golombek, quien es investigador del CONICET y profesor de la Universidad Nacional de Quilmes, se refirió al rol de las mujeres en la ciencia. “Pasa algo paradójico en Argentina. Por un lado estamos muy cerca del 50% en cuanto a cantidad de hombres y mujeres en el ámbito científico. Pero cuando se asciende a posiciones más jerárquicas en la carrera del CONICET, es mucho más baja la proporción de mujeres. Aunque en parte uno puede ser optimista, porque si estamos en casi paridad de género en las otras funciones, quizá en pocos años la situación también se equipare en estas áreas”.
“La carrera científica no tiene demasiado en cuenta las presiones sociales que las mujeres pueden tener. Históricamente, cuando una mujer quedaba embarazada, perdía años de su carrera que después le jugaban en contra para una evaluación. En cambio, hoy a la mujer que quedó embarazada se le da un cierto changüí en ese sentido. Ese criterio es nuevo, tiene pocos años en la carrera del Conicet, y esperemos que se mantenga”, afirmó.