En esta nueva edición de Historias de Nuestra Historia, Felipe Pigna conversa
con el médico y profesor de Psiquiatría, Francisco Appiani, acerca de la
fiebre amarilla, enfermedad que desató una epidemia en Buenos Aires en el año
1871. La fiebre amarilla es una enfermedad de carácter viral transmitida por
el mosquito Aedes Aegypti, cuyos síntomas son fiebre y daño hepático, pudiendo
causar la muerte en caso de no tratarse. Esta enfermedad comienza en Buenos
Aires en 1870, con 26 muertes difíciles de diagnosticar debido a los
procedimientos médicos de la época. Ante un Buenos Aires con condiciones
sanitarias deplorables y una falta de avances en el área medica esta
enfermedad termino ocasionando una gran cantidad de contagios y perdidas de
vidas, llegando a catalogarse en 1871 como una epidemia. Una de las
principales razones de porque esta enfermedad tuvo tal impacto fue el
desconocimiento del vector transmisor, ya que en ese tiempo se asumía que las
enfermedades se transmitían a través del aire impuro y compuestos en
descomposición. La epidemia marcó a Buenos Aires de tal forma que en el año
1953, en una reunión que tuvo lugar en el Congreso Panamericano, el medico
infectólogo cordobés, Remo Bergoglio, propuso el día del medico panamericano,
el cual tomaría lugar el mismo día del nacimiento de Carlos Juan Finlay
Barrés, medico y científico cubano que descubrió que la fiebre amarilla era
transmitida por el Aedes Aegypti.
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En esta nueva edición de Historias de Nuestra Historia, Felipe Pigna conversa
con el médico y profesor de Psiquiatría, Francisco Appiani, acerca de la
fiebre amarilla, enfermedad que desató una epidemia en Buenos Aires en el año
1871. La fiebre amarilla es una enfermedad de carácter viral transmitida por
el mosquito Aedes Aegypti, cuyos síntomas son fiebre y daño hepático, pudiendo
causar la muerte en caso de no tratarse. Esta enfermedad comienza en Buenos
Aires en 1870, con 26 muertes difíciles de diagnosticar debido a los
procedimientos médicos de la época. Ante un Buenos Aires con condiciones
sanitarias deplorables y una falta de avances en el área medica esta
enfermedad termino ocasionando una gran cantidad de contagios y perdidas de
vidas, llegando a catalogarse en 1871 como una epidemia. Una de las
principales razones de porque esta enfermedad tuvo tal impacto fue el
desconocimiento del vector transmisor, ya que en ese tiempo se asumía que las
enfermedades se transmitían a través del aire impuro y compuestos en
descomposición. La epidemia marcó a Buenos Aires de tal forma que en el año
1953, en una reunión que tuvo lugar en el Congreso Panamericano, el medico
infectólogo cordobés, Remo Bergoglio, propuso el día del medico panamericano,
el cual tomaría lugar el mismo día del nacimiento de Carlos Juan Finlay
Barrés, medico y científico cubano que descubrió que la fiebre amarilla era
transmitida por el Aedes Aegypti.
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